La aparición del Covid-19 ha tenido como consecuencia que se implanten unas intensas medidas de prevención contra el coronavirus en todo el sector de la construcción, cuyas actividades se categorizaron como con “baja probabilidad de exposición al contagio” (la más leve dentro de las categorías de riesgo). Éstas son algunas de las acciones que se han llevado a cabo.
Por parte de los trabajadores
Los trabajadores deben medirse la temperatura corporal aún en casa, antes de salir a trabajar. Si éste tiene fiebre, tos o falta de aire, deberá comunicarlo a su responsable directo por teléfono. También deberá decir si convive o ha convivido con una persona que ha contraído la enfermedad del coronavirus.
No deben tocarse la cara (ni siquiera cuando se lleven guantes) y, evidentemente, no se saluda dando la mano, abrazos o similar. Siempre hay mantener una distancia de seguridad de dos metros. Además, los trabajadores deberán taparse la boca y la nariz al toser y estornudar con pañuelos desechables o con la parte inferior del codo. El lavado de manos se realiza con agua y jabón entre 40 y 60 segundos, sobre todo después del contacto con secreciones respiratorias.
Por otra parte, no se debe compartir EPIs, vasos, cubiertos, bebidas o botellas con los el resto de compañeros y es imprescindible la colaboración del trabajador para mantener limpios tanto los aseos como las zonas comunes. Además, es imperativo extremar las condiciones de limpieza de las herramientas, maquinaria y sobre todo los móviles usados por varias personas, así como reforzar la desinfección de la ropa de trabajo y equipos de protección individual.
Por parte de la empresa
El control de la temperatura se ha vuelto fundamental en estos tiempos, así que se han dispensado termómetros en las zonas de trabajo, de manera que si un trabajador tiene síntomas, se le invita a que se vaya a su domicilio y avise a los servicios sanitarios. Asimismo, se han intensificado las condiciones de limpieza de aseos y zonas comunes, incluyendo taquillas de los trabajadores, y en las obras disponen de sistemas de distribución de agua individuales.
Además, se ha reestructurado la organización para poder cumplir las distancias de seguridad establecidas distribuyendo nuevamente los equipos de trabajo, coordinando el traslado de los trabajadores y organizando el acceso a las zonas de trabajo y a los comedores para evitar aglomeraciones. También se han reducido casi en su totalidad las reuniones presenciales en la obra y los viajes de trabajo.
Todos los actores del sector remamos en la misma dirección y colaboramos unidos para minimizar cualquier tipo de riesgo. Esperemos que esta pandemia pase lo antes posible y que pronto podamos trabajar con normalidad.